En lo más profundo del bosque encantado, vivía una hada llamada Luna que poseía una bolsa mágica llena de monedas brillantes. Estas monedas tenían el poder de conceder deseos a aquellos que las encontraran, siempre y cuando fueran utilizadas con sabiduría y generosidad.
Un día, Luna decidió esparcir sus monedas por todo el bosque como una prueba para los habitantes del lugar. «Quien encuentre una de mis monedas y la use para hacer el bien, será recompensado con su mayor deseo cumplido», anunció el hada a través de un susurro en el viento.
Los rumores de la bolsa de monedas mágicas se extendieron rápidamente por el bosque, despertando la curiosidad de criaturas de todo tipo: duendes, hadas, animales parlantes y trolls, todos deseando encontrar una de las monedas de Luna.
En un claro del bosque, la pequeña zorra Roxy tropezó con una de las monedas doradas y brillantes. Sorprendida, Roxy recordó las palabras del hada Luna y decidió poner en práctica su deseo con sabiduría. Invocó a su amigo el búho sabio para pedirle consejo y juntos idearon un plan para ayudar a un anciano ciervo enfermo que habitaba en las profundidades del bosque.
El plan de Roxy y el búho consistía en utilizar las monedas para comprar hierbas medicinales y llevarlas al anciano ciervo. Sin embargo, en su camino se encontraron con el malvado troll del río, quien intentó robarles la bolsa de monedas. Con astucia y valentía, lograron escapar y continuaron con su misión.
Finalmente, llegaron al claro donde vivía el anciano ciervo. Con cuidado y dedicación, prepararon una poción con las hierbas medicinales y la magia de las monedas de Luna. El milagro no tardó en suceder: el ciervo se curó al instante, agradeciendo a Roxy y al búho con lágrimas de alegría en sus ojos.
Al enterarse de la admirable acción de Roxy y el búho, los demás habitantes del bosque se unieron en un festín para celebrar el acto de generosidad y valentía. Luna, la hada de la bolsa de monedas, feliz por haber encontrado seres tan nobles, decidió regalarles a todos una moneda mágica como muestra de su gratitud.
Desde ese día, la magia y la generosidad reinaron en el bosque encantado gracias a la bolsa de monedas de Luna y al coraje de Roxy y el búho sabio, quienes demostraron que los verdaderos deseos se cumplen cuando se comparten con amor y solidaridad.